El final solo llega una vez, el resto son solo principios.
Cuando una cosa da paso a otra, mejor o peor, son rachas, pero igual que se acaba lo bueno, lo malo también tiene fecha de caducidad.
La melancolía es un sentimiento útil, aprendes a darle más valor a la felicidad, pero si esta fuese eterna, nuca sabríamos apreciarla.
Los finales siempre vienen con lecciones, lo que ocurre es que a menudo, no queremos aprender, eso solo es señal de que merece la pena equivocarse.
Los finales, traen de la mano un principio, lo que ocurre, es que, a menudo, nos da miedo empezar de nuevo, es que en el fondo somos más esclavos de la rutina, que de lo que creemos que estamos perdiendo.
Pero al final, lo que nosotros no sabemos hacer, el tiempo, que a veces se pone de nuestra parte, el mismo tiempo que teniendo una medida universal, siempre dura lo que quiere, ese tiempo, deja atrás los finales, pinta de anécdota las historias, dibuja sonrisas en los antiguos llantos, te regala la oportunidad de volver a equivocarte y de agarrarte a un principio, que durara, lo que el, siempre tan caprichoso, quiera.
Para siempre, es una medida irregular, pero mientras dure, no vale la pena pensar en más.
Al final, lo que recordaras, seran los principios, al principio, nadie se acuerda del otro final.
Por: @Javilimonysal.
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