sábado, 11 de agosto de 2012

Un pellizco de felicidad.


Se subió en el vagón sin quitarse las gafas de sol, la melena despeinada, el brugal aun corriendo por sus venas y el ultimo rock'n'roll todavía retumbaba fuerte en su cabeza
El tren estaba prácticamente vacío. Dos señoras vestidas con pieles en los primeros asientos, tres o cuatro chicas que volvían de fiesta y algunos señores que marchan a trabajar. Y en el último asiento, él, que entre la música y la prensa gratuita del día ignoraba al resto de la gente.
Así que se fue al final y se le sentó cerca para que no le molestaran de señoras amargadas o risas de adolescentes recordando su maravillosa noche en la gran ciudad. Puso los pies encima del asiento y hecha un ovillo se puso a mirar por la ventana buscando algo que la hiciera olvidar lo que el alcohol no habia conseguido.
Él ya se había percatado de su carita de niña destrozada y disimulaba por pura timidez las ganas de acercarse y preguntar. Pero las miradas de reojo no pasaban desapercibidas.
En una de esas veces ella miro de casualidad para donde el estaba y lo vio volver la cabeza rápido hacia el periódico. Fueron varias la veces que lo vio hacer lo mismo y con una voz suave dijo sin mirarle a los ojos: 
- Eso que lees debe ser aburridísimo para que estés tan poco concentrado.
- Yo es que me distraigo con muy poquita cosa y la canción que estoy escuchando parece que se escribió para caras tristes como la tuya.
"Joder, ¿Tanto se me nota?" Pensó. Le dedicó una mueca a modo de sonrisa y añadió: 
- No me gusta ponerle banda sonora a los viajes de vuelta pero podria hacer una excepción.
- ¿Quieres un casco? Pero si vamos a compartir mi música, no quiero llantos, que dejé mis penas en la estación y no pienso cargar con las tuyas... Sonríeme.
Al principio no iba a aceptar pero la curiosidad de saber de que cancion se trataba actuó por ella... Empezó a escuchar y no pudo cumplir la condición de nada de llantos y una lágrima traidora rodó por su cara.
- Límpiate eso niña que me estas empapando la sección de contactos y estaba muy interesado en la chica esa que sabe varios idiomas... ¿Ves? Francés, griego...- Los dos comenzaron a reír.
Sin darse cuenta acababa de hacer algo que nadie habia conseguido n dias: hacerla sonreir.
Cogió su mano y le preguntó : 
- Cuéntame, que hace que una carita tan linda se ensucie con rimmel y me obligue a sacar los kleenex que pensaba vender en los semáforos de la gran vía.
Lo miró analizándolo de arriba a abajo: vaqueros desgastados, zapatillas sucias, una camiseta friki y esa barba que se fundia perfectamente con su desaliñada melena. 
- Uno como tú. Pero con peor gusto musical.-suspiró y añadió. -Debo tener una especie de imán o algo así. 
- Mira, ¿sabes qué hay en este bolsillo? Tengo aquí la formula de la felicidad... Pero para dartela tienes que pasar ciertas pruebas
- Acepto el reto pero te aviso que no se montar en bici, ni dar volteretas y canto fatal, asi que ponmelo facilito, moreno.
-Aprenderte está canción y cada vez que escuches El Perro Verde te vendrá a la cabeza este tren. En la próxima parada, me invitas a desayunar... Y enseñame a besar que es mi asignatura pendiente... Escoge el orden.
Se le acerco al oido y susurró: 
- "Soy el pellizco pa cuando te olvidas de mi". 
Después le cogió por la barbilla y juntaron sus labios. La lección de besar fue tan intensa que se saltaron la parada del desayuno.
Cuando anunciaron su parada, él sacó un papel del bolsillo y le dijo:
- Aquí tienes lo prometido. Pero leelo cuando te bajes. 
En la nota decía: Lo escribí por sí te sentabas cerca: 67654... Griego, francés y viajes en tren.

Por: @javilimonysal y @tiscarmar  

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