En
la barra de aquel bar no podía haber nada más bonito que ella, desde el momento
en el que entré mis ojos se clavaron en si melena de color marrón.
Yo,
como un tonto, no podía dejar de mirarla, sus manos sujetaban una cerveza y yo,
por momentos, quería ser ese líquido dorado y así poder rozar sus labios.
Ella
ni siquiera se había percatado de que yo estaba ahí, mirándola, sentado en un
taburete, a unos cinco metros suyos, entre Whisky barato.
No
tenía el coraje de acercarme e invitarla a tomar una copa, para mi esta mujer
jugaba en otra división, en la cual yo no estaba y no precisamente porque no
quisiera.
La
notaba nerviosa, se mordía las uñas y miraba el móvil cada pocos minutos,
estaría esperando a alguien…Ya había seis cervezas en torno a ella, ese alguien
ya no llegaría.
Bárbara,
se llamaba Bárbara, o así por lo menos se dirigió el camarero hacia ella, para
mi pasaría a ser “B”.
Sus
pupilas se empañaron y empezaron a llover lagrimillas transparentes, que
desatadas le destrozaban el maquillaje, ahora estaba más guapa.
Me
dolía verla ahí, sola, llorando mientras temblaba.
Me
levanté, dudoso y algo nervioso, le susurre al oído unas palabras de ánimo, ella solo me dijo “gracias” entre sollozos.
Un
“gracias” que provenía de la voz más dulce que había escuchado nunca, B era
preciosa, de aspecto fuerte, pero cuando estabas a menos de diez centímetros de
sus ojos te dabas cuenta que debajo de aquella mascara solo se escondía una
niña de no más de veinte años.
Se
me hizo un nudo en la garganta cuando mire el reloj, ya eran casi las 3 y el
Jueves había llegado sin avisar, dentro de seis horas yo tendría que estar en
el trabajo, fingiendo que no había bebido y que había dormido más de ocho
horas.
No
quería dejarla ahí, pero al fin y al cabo solo era una niña, en un bar, de la
cual yo no sabía nada, llorando porque su novio la habría dado plantón y yo ya
tenía una edad como para jugar un princesitas.
-Es
tarde, me tengo que ir, cuídate B.
-¿B?
-Si,
B, oí tu nombre y bueno, se me ocurrió llamarte así…
-B
me gusta, desde hoy para ti yo seré B, hasta la próxima forastero.
Salí
de aquel bar, de ese bar que estaba en mi barrio y en el que yo nunca había entrado,
hasta esa noche, no sé muy bien porque la lluvia y el frío me empujó a pasar.
Algo
me dijo que iba a volver, que tenía que volver.
Por @Marimagdalenas_
Por @Marimagdalenas_
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