domingo, 8 de julio de 2012

Se compran fuerzas a precio barato.


Esa facilidad con la que todo se va a la mierda, con la que los “Te quieros” que os disteis no valen nada, ni siquiera los besos y abrazos que te hacían temblar.

Levantarse un día y ver que todo es diferente, que algo ha cambiado y que tú eres la única que no se había dado cuenta, lo que en un principio bastaba ahora no es suficiente y lo que era demasiado se ha convertido en algo esencial.

El final que parecía estar tan lejos, dentro de unos meses o incluso años, llega, sin avisa, te pilla desorientada, como una tormenta en Agosto.

No sabes como reaccionar, ni que decir, ni a que aferrarte para levantarte mañana, luchas, pero ya es una causa perdida.


La ingenuidad que te ha caracterizado siempre se ha quebrantado y poco a poco notas como él está matando a la niña que tienes dentro.

Las lagrimas no te dejan ver, las horas que ha su lado parecían segundos, entre esas cuatros paredes han pasado a ser siglos.

Los días van pasando y cada vez te duele más, un día nuevo requiere la fuerza sin que él te dejó, el coraje y el valor que perdiste luchando porque no desapareciera, requiere poner buena cara para seguir recibiendo hostias.

Te planteas desaparecer tú también, para siempre, pero para eso también se necesitan fuerzas y él se quedó con todas ellas.

Por: @Marimagdalenas_

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