domingo, 4 de noviembre de 2012

Ni Domingos astrománticos, ni pollas.


Pasar los Domingos sola nunca ha sido mi especialidad y mucho menos si son Domingos como este. De lluvia contra los cristales, y de un invierno acechando en la esquina, vigilándome, sabiendo que en un momento u otro me vendré abajo, con el peso de tus mentiras y promesas en la espalda. Que al final del todo han hecho mella, me han empujado a un pozo del que tu solo me podías sacar y no estabas dispuesto.

Y ahora, cuando hasta el último aliento puede decir que vivía por ti, me doy cuenta de la realidad, de lo fácil que era mentirme y de lo difícil que era quererme.

Malgaste los días es un espejismo, en una historia propia que solo me llenaba a mi, y que a ti se te quedaba pequeña. Tampoco puedo echar culpas o decir que me arrepiento de aquellos días hurgando por tu espalda, sin rumbo fijo, pero segura.

Una seguridad que si es cierto, que no me llego a ninguna parte, pero me sirvió como alimento antes de la caída, y es que yo siempre quise llegar más allá contigo, cruzar la línea sin ningún remordimiento y con la única excusa de que te quería.

¿Qué no se pudo?, lo sé, ¿Qué no lo intentamos al 100%? algo más que obvio. ¿Qué no hay ningún culpable? Correcto. 

"TAL VEZ TE HAS CONSEGUIDO EQUILIBRAR, YO AÚN NO."

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