Pasar los Domingos
sola nunca ha sido mi especialidad y mucho menos si son Domingos como este. De
lluvia contra los cristales, y de un invierno acechando en la esquina,
vigilándome, sabiendo que en un momento u otro me vendré abajo, con el peso de
tus mentiras y promesas en la espalda. Que al final del todo han hecho mella,
me han empujado a un pozo del que tu solo me podías sacar y no estabas
dispuesto.
Y ahora, cuando
hasta el último aliento puede decir que vivía por ti, me doy cuenta de la
realidad, de lo fácil que era mentirme y de lo difícil que era quererme.
Malgaste los días
es un espejismo, en una historia propia que solo me llenaba a mi, y que a ti se
te quedaba pequeña. Tampoco puedo echar culpas o decir que me arrepiento de
aquellos días hurgando por tu espalda, sin rumbo fijo, pero segura.
Una seguridad que
si es cierto, que no me llego a ninguna parte, pero me sirvió como alimento
antes de la caída, y es que yo siempre quise llegar más allá contigo, cruzar la
línea sin ningún remordimiento y con la única excusa de que te quería.
¿Qué no se pudo?,
lo sé, ¿Qué no lo intentamos al 100%? algo más que obvio. ¿Qué no hay ningún
culpable? Correcto.
"TAL VEZ TE HAS CONSEGUIDO EQUILIBRAR, YO AÚN NO."
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