lunes, 22 de diciembre de 2014

Títere.

La vergüenza  no se te escondía por debajo de la ropa, la  sacabas de paseo por las calles entre faldas y vestidos cortos que movían al viento como un títere sin cabeza, que la giraba girándose para mirarte los ojos, que la buscaba sin piedad ni pausa sólo por contemplar te  mover el culo. Había perdido la cabeza y ya tampoco podía fumar para evadirse y ponerse contra el mundo. Ahora sólo sus cuerdas, las enredas con los tacones y le pisoteas cuando te sueltas el pelo y te pones carmín, pero el te mece, como si el viento fuera un títere sin cabeza que la ha perdido por perderla y  te perdió.

Se cuela de forma violenta en las fiestas, pero para entonces tú todavía no te quieres ir a casa, mira, que todavía está la luna.  Le da igual, se queda escondido, buscando lo que ha perdido con una copa de Ron, sabe que está donde estés tú.   A veces te persigue cuando sales a hacer la compra, vas tan guapa, Pero se pierde en el pasillo de los congelados. 

A veces tú te atas sus ataduras al torso (solo por darle el gusto, para que te deje en paz, por pena y sexo)  y mientras te oye respirar dentro de ti, se pierde mucho más que siempre.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Clementine.

No voy a mojar mis balas
para que me dispares con las tuyas.
Ni gritar más alto,
porque tú puedes romperlo todo.

Ahora dirás que fui yo quien borro primero
sólo diré que sin incendios
no hay quien coño apague fuegos.

 Te atreverás a escupir que fumaba
y bebía, y me ponía hasta el cuello
todas las noches,
y que los gatos celaban mis instintos
y que mentía.
Que mentía más que hablaba,
y que hablaba sin cesar, diciendo nada.

Te avergonzaras de mi,
de la facilidad con la que me emborracho,
de que no sé de cine, ni de literatura
de nada que tiene que ver con la poesía.

Jugarás a recordarme,
y protegerme, y guardarme
en tus rincones más oscuros
como si los que borran nunca me encontrarán.

Qué absurda resistencia.
Qué depresiva histérica .

¿Qué culpa tengo yo
si la luna al acostarme me canta poemas?
No me dejaste poner nombre a nuevos colores
así que jugué con la memoria y el tiempo
y la utopía que te faltaba.

Yo, que solo era alguien jodida
que no quería cuidar a nadie que no fuera yo
que no quería ser ni musa ni amada.

Escondida en el último rincón que nos queda
y en el mismo día  que te conocí
"Vuelve e inventa una despedida, fijamos que la tuvimos."




lunes, 19 de noviembre de 2012

"Rock and roll callejo bebiendo blues."

Como un Blues rasgado  en un invierno que ya acecha en la esquina, esperando a verte o a oírte, o a no verte. Tenerte cerca o no tenerte, olerte o seguir oliendo el hueco que dejaste en mi almohada. 

Ahora solo queda  eso, algo de esa música triste, pero bella que golpea mis oídos. Mientras tu entonas cánticos al ver que te convierten este desolado Otoño en la más bonita de las primaveras.  

lunes, 12 de noviembre de 2012

Atrévete a acompañarme.

Seguirá pasando el tiempo y yo seguiré absorta en la  más bella de las locuras, me gusta así. Parecer diferente y complicada, aunque de sobra sé que mi camino no es difícil,  solo ando buscando la felicidad en cualquier parte, en el fondo de un vaso o en el más cálido de los abrazos que te negaste a darme. 

¿Y si ese camino me lleva a sitios insospechados y peligrosos? No miro atrás, busco otra senda que me lleve a lugares más lejanos, con otra gente y más alcohol. Solo le temo a un monstruo y solo él me hace retroceder cuando me le encuentro de noche, con más de 4 copas en el bar de siempre. Me rodea con un tupido velo de tristeza y atrae a mi decenas de recuerdos. 

Solo encuentro placer en las resacas homicidas que me recuerdan que no fuiste un producto de mi imaginación. 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Dormido hasta el atardecer.

     En aquel ático no paraba de retorcerme, con el bolígrafo en la mano relatado mis pequeños placeres en un dina-4 donde no tenía mucho donde escribir de los tachones y las arrugadas marcas de los múltiples fallos al redactar. Intentaba desengancharme de la droga más dura que me había tomado antes, en forma de miel robada de un ángel celestial que volando se fue a la caza de otro ente al que engatusar para coger su alma y hacerla añicos, convertirla en polvo y ceniza como los cigarros acabados de mi cenicero. 
     En la boardilla no huele muy bien. Olor a orín, a madera quemada de la chimenea, al tabaco Bravo barato y a algunos estupefacientes que entraron bajo la supervisión de mi camello personal. Esa boardilla era mi fuerte, donde el despeinado barbudo que nunca se miraba en el espejo relataba como sus enseres se movían a su alrededor, gritándole lo estúpido que era, que tenía que levantarse y salir de allí. Las sábanas y las cajas no podían hacer de muralla pues las armas de los seres de su imaginación reducían a amasijos cualquier intento de escudo. 
     Mi madre decía que las lentejas tenían hierro, me atiborraba de ellas por si algún día me convertía en "el hombre de hierro", pero que va, ni por esas.
     Haciendo la cama me encontré mi libreta de pequeño, con sentimientos humildes de conquistar el mundo con mis habilidades. Diez años después veo que mis propias promesas no las cumplo. ¿Cómo quieres que te prometa el cielo si ni siquiera puedo prometerme a mí el infierno?. 
     Y aquí sigo, retorciéndome del dolor, pensando si con un poco de jabón, las lágrimas de suelo y un poco de pegamento puedo reparar y bañar mi alma destrozada por los para siempre tan efímeros que nos prometimos. 
           

         "Tal vez, has pensado en renunciar...
                                           ... yo también."

@AlexeyKovalski

sábado, 10 de noviembre de 2012

Suena demasiado bien.



Arruinar tabacaleras por el exceso de  demanda de cigarrillos del después. Arruinarnos tu y yo pagando hostales baratos en pleno centro de cualquier ciudad, de esos de habitaciones cutres, pero  acogedoras, con un recepcionista que no pregunte demasiado y no nos meta prisa para marchar a la mañana siguiente. 
Mañana que no queríamos que llegase, noches eternas en un balcón viendo a la gente pasar, a la vida pasar, al tiempo pasar…Mientras hacíamos planes para no permitir que los días se escapasen sin más.

¿La verdad? Sonaban más a sueños que a cosas que pudiéramos realizar, pero a falta de dinero y con imaginación en un bolsillo podríamos permitirnos el lujo de viajar a Venecia, navegar por sus canales y perdernos en el carnaval más bonito del mundo.  Podíamos hacer que Nueva York nos  esperase y que ese verano en Argentina fuera verdad, pero siempre recordando nuestras raíces y añorando las nubes y la lluvia de Santander. 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Ni Domingos astrománticos, ni pollas.


Pasar los Domingos sola nunca ha sido mi especialidad y mucho menos si son Domingos como este. De lluvia contra los cristales, y de un invierno acechando en la esquina, vigilándome, sabiendo que en un momento u otro me vendré abajo, con el peso de tus mentiras y promesas en la espalda. Que al final del todo han hecho mella, me han empujado a un pozo del que tu solo me podías sacar y no estabas dispuesto.

Y ahora, cuando hasta el último aliento puede decir que vivía por ti, me doy cuenta de la realidad, de lo fácil que era mentirme y de lo difícil que era quererme.

Malgaste los días es un espejismo, en una historia propia que solo me llenaba a mi, y que a ti se te quedaba pequeña. Tampoco puedo echar culpas o decir que me arrepiento de aquellos días hurgando por tu espalda, sin rumbo fijo, pero segura.

Una seguridad que si es cierto, que no me llego a ninguna parte, pero me sirvió como alimento antes de la caída, y es que yo siempre quise llegar más allá contigo, cruzar la línea sin ningún remordimiento y con la única excusa de que te quería.

¿Qué no se pudo?, lo sé, ¿Qué no lo intentamos al 100%? algo más que obvio. ¿Qué no hay ningún culpable? Correcto. 

"TAL VEZ TE HAS CONSEGUIDO EQUILIBRAR, YO AÚN NO."