viernes, 6 de julio de 2012

Deja de ser tan niña, de creer en historias de amores imposibles.



Si ríes cuando quieres reír, si saltas y corres cuando te apetece, si lloras cuando lo necesitas, si dices lo que sientes y no te guardas nada, si lo das todo cuando estás a su lado.
Si eres capaz de alegrarle el día a cualquiera, si no entiendes de rendiciones, si luchas hasta el último aliento, si estás enamorada, si eres optimista, si haces lo que te gusta,  si eres capaz de perdonar y olvidar.
Si te da igual cuando y donde, si  crees en el amor y en que vale la pena, entonces te llaman niña,  infantil e ilusa.
Te dicen que hay que pensar con la cabeza, que hay cosas que aunque se quieran nunca van a poder ser, que aunque duela hay que resignarse, que hay amores imposibles y  que no todo es lo que parece.
Te dicen que tienes que crecer, ser responsable, preocuparte por lo verdaderamente importante, ser formal, llegar siempre a la hora, que estudies, que no fume ni bebas, coño que dejes de chillar en medio de la calle.
Te dicen que ya tienes 16 años, que  ya no eres un cría y es hora de madurar, te dicen que es todo por tu bien.
Y tú desorientada piensas: “¿Y cuando toca ser feliz? ¿Cuándo toca soñar? ¿Cuándo toca enamorarse?”
Luchar por lo que se quiere requiere más madurez, más fuerza y más lágrimas que no vivir experiencias por el miedo a sufrir, a que no sea lo adecuado o que termine mal.
¿Acaso sabes si algo  funciona cuando ni siquiera has puesto empeño en arreglarlo? ¿Acaso la seriedad y la compostura te van a regalar mejores momentos que gritar en medio de un parque? ¿Acaso el no estar con la persona que quieres por miedo a sufrir te va a hacer olvidarla? No.
Requiere más madurez luchar por lo que se anhela, echarle un par de huevos, olvidarse de rencores, tragarse el orgullo, volver el tiempo atrás, y volver a sonreír.
Darse por vencido, es demasiado fácil. 


Por: @Marimagdalenas_

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